Jaume Matas, expresidente de las Islas Baleares y exministro
de Medio Ambiente del último gobierno aznarista, ha sido condenado a 6 años de
prisión según la sentencia de la primera causa del caso Palma Arena. Su delito
es el pago con dinero público a Antonio Alemany, periodista de El Mundo y a
quien también le ha caído condena, por escribir a Matas los discursos
presidenciales que leía, y que luego el propio periodista vanagloriaba desde su
columna en el diario de Pedro J.
Esperemos que todo esto no haya hecho nada más que empezar.
El caso Palma Arena, el velódromo mallorquín que costó más del doble que lo
presupuestado mientras el patrimonio de Matas crecía a gran ritmo, contiene 26
partes y está sentencia alude solamente a una de ellas. Otra de esas partes es
la que relaciona a Matas con el yerno del Rey y el pago de más de 2 millones de
euros sin justificar al Instituto Nóos.
La sentencia que podría suponer un halo de esperanza en la
Justicia de este país, tras las decepcionantes sentencias que declaraban
culpable a Baltasar Garzón por las escuchas ilegales de la Gürtel o la no
culpabilidad de Camps por el caso de los trajes, no puede ser tal. Porque si
bien Matas dará con sus huesos en la cárcel, cuanto antes mejor y ya veremos
finalmente por cuanto tiempo, lo justo de verdad sería que todo el dinero
público defraudado volviera a las arcas de donde nunca tendría que haber salido,
al menos de esa manera. Pero no, ese dinero jamás volverá, y mientras tanto
todas las Administraciones, ya sean municipales, autonómicas o la central,
continúan recortando gastos sociales básicos que bien pudieran ser cubiertos
por todo el dinero que los políticos corruptos nos han robado. De la cárcel
tarde o temprano se sale, pero la Sociedad lo tendrá muy difícil para
recuperarse de los atentados con los fondos públicos de tanto mandamás
deshonesto.
El PP lejos de alegrarse por la sentencia y por el
funcionamiento de la Justicia, como sí lo hicieron con las sentencias de Garzón
y Camps, ha optado por el silencio en un caso que aún consideran no cerrado. El que en su día fue un modelo a
seguir por todos los aspirantes del PP, Rajoy en plena precampaña para las elecciones
generales de 2004 llegó a decir que “Vamos a intentar hacer en España lo que
Jaume hizo en Baleares” (Miedo me da), hoy ha sido ignorado por sus excompañeros
de partido, que han recordado que Matas ya no es militante del PP. También la
Generalitat valenciana, en otra acción de rechazo, le ha retirado la condición
de Embajador de la Comunidad Valenciana que Camps le concedió hace unos años. Aunque
no han dejado nada claro si el galardón se lo arrebatan por sus actos
delictivos o por haber sido tan torpe de dejarse pillar.
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