El Primero de Mayo
de 1886 se inició una huelga en Chicago (Estados Unidos) que buscaba la
consecución de lo que hoy nos parece algo tan normal como es la jornada laboral
de ocho horas. Esta protesta, que tuvo su punto más intenso tres días después con
la revuelta en el parque Haymarket, costó la vida a muchos trabajadores, cuya
sangre derramada sirvió finalmente para la consecución de tan noble
reivindicación. Esta lucha, considerada como el punto de inflexión del
movimiento obrero, sirve en la actualidad en todo el mundo, además de para
honrar a los Mártires de Chicago, para celebrar el Día Internacional de los
Trabajadores. Todo ocurrió durante un histórico mes de mayo.
Años después en Francia, durante otro histórico mes de mayo,
concretamente en 1968, sucedió lo que hoy se conoce como el Mayo francés o el
Mayo del 68. El desarrollo capitalista avanzaba a una velocidad de vértigo sin
contar para nada con la realidad y la necesidad social. Este hecho desencadenó
la protesta espontánea de los jóvenes estudiantes, a los que posteriormente se
unieron obreros, sindicatos y partidos de izquierda. La protesta se convirtió en
un enorme movimiento ciudadano que si bien no tuvo como resultado la toma del
poder, sí sirvió para que la clase política hiciera frente al malestar social
existente y cambiara el rumbo de las políticas económicas. Las movilizaciones
se extendieron por todo el mundo, incluso a la España franquista, marcando a
toda una generación que decidió tomar la calle para que se les tuviera en
cuenta.
El año pasado, también durante el mes de mayo, surgió en
España el Movimiento 15M. Este movimiento ciudadano surgió de manera espontánea
y pacífica por una sociedad harta de la situación política y económica actual,
y que busca una democracia más participativa y construir un sistema social que
solucione los problemas reales de la ciudadanía. El espíritu del movimiento y
la movilización conseguida hace albergar la esperanza de que la unión de la
sociedad civil puede ser capaz de transformar el poder de gobernantes, bancos y
multinacionales.
Hoy más que nunca debe primar dicho espíritu. Con un
gobierno vendido a los mandatos europeístas que no titubea a la hora de
recortar derechos fundamentales, la respuesta no debe hacerse esperar más. Con
una tasa de paro insostenible y con una recesión económica brutal se nos quiere
hacer ver que la única salida que nos queda es entregar las conquistas sociales
que tanto han costado conseguir. Se hace necesario, entonces, abandonar la
indiferencia y conseguir canalizar toda la indignación para dejar de ser meros
espectadores de lo que sucede. Para ello, durante el mes de mayo existen varias
citas que se hacen obligatorias, comenzando por las manifestaciones del Primero
de Mayo, y continuando por el aniversario del 15M. Mayo de 2012 debe pasar a la
Historia. Tomemos la calle. Sin complejos. Sin miedo.